Jóvenes científicas
Las chicas están cada vez más presentes en las Ciencias. En 1999, el Instituto de la Mujer puso en marcha una exposición itinerante denominada “La otra mitad de la Ciencia” que pretendía hacer visibles a las mujeres científicas del pasado y, a la vez, reconocer a las contemporáneas. Algo se ha avanzado desde entonces, aunque persiste una importante diferencia por género. Por ejemplo, en la publicación “Mujeres y Hombres en España 2011” (INE - Itto. Mujer), la tasa de graduados jóvenes (de 20 a 29 años) en ciencia, matemática y tecnología se ha acortado algo por género, aunque sigue siendo más del doble superior entre los varones. En el periodo 2006-2009, el porcentaje de jóvenes varones tecnocientíficos pasó de un 1,57% a un 1,70% (incremento del 8,28%), mientras que el porcentaje entre las chicas pasó de un 0,71% en 2006 a un 0,78% en 2009 (incremento del 8,97%).
En el informe del CSIC, “Mujeres Investigadoras 2012”, su Presidente Emilio Lora-Tamayo dice que “…sigue siendo necesario prestar atención a los avances en la paridad de géneros en el ámbito profesional y, concretamente, en la ciencia como profesión, en la que se ha logrado estos últimos años un notable progreso”. De hecho, las profesoras de Investigación en el CSIC han pasado del 13,6% en 2002 al 23,7% en 2011, y el número de investigadoras con beca predoctoral y de doctoras contratadas es superior al de hombres. También se observa esta progresión en el certamen de “Jóvenes Investigadores” -convocatoria anual del Injuve en colaboración con el propio CSIC-, ya que, en la última edición, la de 2011, el número de trabajos presentados por chicas fue de 241, frente a los 191 de chicos.
Por otra parte, uno de los objetivos de la Unión Europea es aumentar la matriculación y graduación de la gente joven universitaria en estudios científicos y técnicos con el fin de incrementar la presencia europea en la investigación científica y tecnológica y en el desarrollo económico mundial. Para ello se pretende aumentar la participación femenina en estos estudios. El video erróneo -ya retirado- en el que la Comisión Europea invitaba a las jóvenes a ser científicas, ofreciendo una imagen inadecuada de ellas, no debe empañar un propósito necesario para recuperar en nuestro continente el espacio que siempre tuvo como cuna, no sólo del arte, sino también de la ciencia y de la tecnología.